Erase una vez un árbol que no tenia naranjas y quería tener una, un día al árbol le vino a visitar su dueño y vio que no tenia naranjas y se fue a donde su amigo, el árbol de al lado.
Ese día que su dueño otra vez lo regó y se fue a regar a los otros arboles, amigos del árbol que no tenia naranjas, al día siguiente vio que por fin tenia una naranja, el dueño fue y la recogió la única naranja que tenia.
El árbol se puso triste otra vez, pero al día siguiente se dio cuenta de que tenia doce naranjas y le creció otra mas y el árbol se puso muy contento.
4 comentarios:
A veces hay que perder para ganar.
Maravillosa historia querida Maru.
Tía Angie.
Me gustó mucho este cuanto Maru!
Está muy lindo :]
Dani
La perseverancia, la esperanza, la confianza y la recompensa que buena ensenanza me deja tu cuento. Eres una lumbrera, eres muy, pero muy inteligente, captas las cosas al vuelo.
Claro, sino son matematicas, jajajjaaja.
Felicidades Maru.
Tia Gya
Como dice la Tía Angie, hay que perder para ganar.
Hermosa lección...hermoso cuento!!
Tita
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